lunes, 9 de marzo de 2009

Sólo pido verte una vez más...


Volvía a caminar junto a ti luego de años de tu partida. Volví a mirar tus ojos, esta vez tristes, sin embargo de nuevo no cabía en mi de gozo por volver a verlos una vez más.

Los años han pasado, los objetos que antes eran sentidos dadores de dicha hoy no son más que una lastimosa mentira. Veo con un fulgor en los ojos que ya no estás presente y todo el mundo, más lo que tiene dentro, se me viene encima.

Hace 9 años que no te veía, que no podía adivinar las intenciones de tu corazón. El tiempo sin ti pasa lentamente, como si por un gotero dejaran caer mi tiempo, cuando en realidad debería llover a cántaros.

Desde que te fuiste las cosas ya no son las mismas. Nuestra hija te extraña mucho y es una verdadera lástima que no nos esté acompañando para que vuelva a ver a su madre después de tantos años en su ausencia. Si te viera en este instante pensaría que eres producto de su imaginación; y para tal propósito tu mirada pareciera irreal, como si en ese momento todo el ambiente por el que caminamos brotara con vida nueva con cada paso que das sobre el mismo.
Te ves exactamente igual que cuando nos abandonaste, el tiempo siguió pasando, lenta y dolorosamente, pero avanzó, ya ves mi ropa planchada de manera diferente a la que tú lo hacías, no con el mismo detalle, con la misma forma perfecta, pero sí con el mismo empeño y cariño. Mis ojos están cansados de tanto llorar por tu ausencia. Nuestra pequeña es quien nos atiende a ambos, a base de insistencia y quemaduras logró este avance con mi ropa. Verdaderamente mis ojos se inundan cada vez que veo a nuestra niña parada sobre una silla, con el ceño fruncido, la mirada cautelosa, pero la mano firme, lo que diera yo para que sus pequeñas manitas aún no se lavaran ni atendieran solas; lo que daría para tú la vieras a ella, aunque por eso tuvieras que abandonarme de nuevo y estar con ella.

Pero he de admitir que fue algo muy sensato del destino el no dejar que ella se vaya contigo, pues ahora la soledad me hubiera devorado entero y hoy solo verías la sombra de la tristeza en carne y hueso, pues ni la tristeza suena tan triste ahora que te vuelvo a ver y sé que no estarás más a nuestro lado. Me agrada contarte sobre nuestra hija, me dan ganas de llorar de solo pensar que ella debe estar durmiendo en este momento, sin saber que estoy una vez más con la mujer más hermosa del mundo. Le sigo haciendo ese peinado que tanto nos gustaba, las dos colitas a los lados de su cabezita, cada vez se parece más a ti y al igual que yo piensa que las fotos que tenemos tuyas son las cosas más hermosas que tenemos, es nuestro tesoro personal. Disculpa que haya dejado de ser el hombre que conociste y que llore tanto, pero es que nos sentimos tan solos, mi hija sabe que te extraño demasiado, y te extraña también, desde pequeña, desde bebé, cuando te fuiste borraste de mi corazón cualquier rastro de felicidad, y como me despojaste de eso se lo arrebataste también a ella. Extrañamos ser felices pues ella siente lo que yo y ya no sabemos como lidiar con este sentimiento, cuando vivíamos juntos ella disfrutaba de tu cariño al igual que yo, ahora solamente tenemos migajas guardadas y esparcidas por toda la casa donde encontramos el amor mutuo. Es algo tan triste ver a una criatura con esa soledad, pero a pesar de eso increíblemente tiene tu brillo en sus ojos, lo cual también me hace llorar, y lloro mucho, sabes. A ella le gustan las cosas que le hiciste cuando bebé, le gustan tus detalles y las cosas que le cuento hiciste por ella en ese entonces, se alegra de escuchar todo lo que tengo que decir de ti, con lo que me gusta hablar de ti. Le gusta probarse tu ropa, la que quedó aquí, y aunque le queda grande se ve preciosa con ella, cada vez pienso que si no fuera por ella...

Caminamos por una calle extraña, no recuerdo haber visto antes estos lares tan tristes. Tu respiración ilumina la calle, eso me reconforta, por ello quizá no había notado hacia dónde íbamos. Pero no puedo dejar de mirarte, por tanto no puedo asegurar nada. Me encantaría abrazarte... ¿Cómo que no puedo? ¿Porqué me niegas ese derecho?... Piensas tú que voy a sufrir una decepción, aunque no sé porqué dices eso... Tienes razón, no creas que me voy a molestar, nada me molestaría ni alejaría de ti en este momento...


¡Qué triste! Estabas en lo cierto, no puedo tocarte. Dime porqué nos pasó esto, qué hicimos para que te vayas. ¡Las cosas eran tan felices contigo a nuestro lado!... Discúlpame pero esta es una de las cosas en la que no puedo complacerte, no puedo dejar de llorar, es algo tan natural ahora para mí como lo era el sonreír cuando estabas a mi lado. Te extrañamos, amor mío; nada tiene sentido si no vuelves...

Hasta juraría que es la misma ropa con la que te vi partir. Cómo te va donde estás ahora. Oh, es lindo, que alegría por ti...

Sé que tenemos poco tiempo, nunca el tiempo fue tan corto para mí, el saber que tengo que volver luego a mi realidad me tiene profundamente consternado. Y si no articulo palabra es porque cada cosa que sale de mi boca solo genera desdicha. El amor que siento por nuestra hija es tan grande, tan intenso, pero tan triste, que ella no se explica como podemos sobrevivir tanto tiempo. Es muy inteligente y madura, sin embargo tiene tu inocencia para decir las cosas, y tiene una reminiscencia de mi antiguo caracter, al inicio reía por todo, y yo le fui quitando el derecho a conocer un padre feliz... No llores, ¡por favor, no llores! Nunca necesité tanto de ti como en este momento para ser fuerte...

Cálmate y dime, cómo te tratan, ¿es amable ese Señor? Esperemos que así sea, porque no soportaría encima de todo que no estés tranquila donde estás...

Noche y día te extrañamos, no nos olvides, recuerda que tu hija se parece mucho a ti, que esperamos volver a verte un día los dos juntos, para estar unidos otra vez los tres. Cada día que pasa es una eternidad sin ti. Estás hermosa y ella es igual a ti, esperamos simplemente a que nos llegue el día como a ti y nos lleves contigo...

Adiós amor, solo estamos esperando el momento para volver a estar contigo. Te ves hermosa como siempre...

Desde que te fuiste nada es igual, desde que nos dejaste todo significa tristeza, desde que has muerto todo es agonía en mi vida...

-Papá, papito lindo, ¿porqué lloras esta vez?
-Soñé con tu madre, mi reina.
-Yo también papito, yo también.
-Qué dicha mi vida, ahora ves lo hermosa mujer que vas a hacer.
-Sí papito, dijo que iba a visitarnos todas las noches.
-Espero que se quede pasa siempre...

2 comentarios:

sangreybesos dijo...

Caballero, la administración de mi blog le acaba de conceder un premio aquí,

http://mecagodentro.blogspot.com/2009/03/and-winner-is-my-menda.html

Cuando se pase a recogerlo, si no le molesta, tráigase algo de beber, que andamos escasos de ginebra.

Ignotus dijo...

Bueno esperemos que lo hayas leido todo tio. Al menos tu me lees jajaja.